Diferencias entre Aprendizaje Basado en Proyectos, Problemas y Retos

Diferenciar entre el Aprendizaje Basado en Proyectos, Problemas y Retos implica entender enfoques educativos que buscan alejarse de la tradicional memorización pasiva para fomentar la aplicación práctica del conocimiento. Mientras que el Aprendizaje Basado en Proyectos implica la realización de tareas significativas y contextualizadas, el Aprendizaje Basado en Problemas se centra en la resolución de situaciones específicas, y el Aprendizaje Basado en Retos desafía a los estudiantes con problemas complejos.

 

Estos enfoques comparten el objetivo común de promover la comprensión profunda, la resolución de problemas reales y el desarrollo de habilidades prácticas en lugar de una mera acumulación de datos teóricos. En este análisis, exploraremos las diferencias clave entre estos métodos educativos, destacando sus particularidades y ventajas en la formación de individuos capaces y comprometidos con la aplicación efectiva de sus conocimientos.

Estas tres metodologías comparten un elevado número de características:

 
  • Se basan en el modelo de aprendizaje constructivista.
  • Su punto de partida es un determinado problema o ejercicio.
  • Los estudiantes dirigen su proceso de aprendizaje.
  • La resolución del problema requiere trabajar en grupo, relacionar conceptos teóricos y prácticos e incorporar aspectos multidisciplinares.
  • A diferencia del aprendizaje por descubrimiento, no se espera que el alumnado alcance por sí solo las respuestas, sin ninguna ayuda. El docente debe establecer una secuencia de trabajo, a veces subyacente, orientada a la consecución de los objetivos.

Las dos primeras aproximaciones, aprendizaje basado en problemas y por proyectos, son muy similares conceptualmente. De hecho, algunos estudios consideran que no son diferentes, aunque en nuestro estudio optaremos por una descripción separada de sus orígenes y planteamientos para, seguidamente, considerar los elementos comunes. También es cierto que las siglas de ambas metodologías, tanto en inglés como en español, son idénticas, lo que ocasiona cierta confusión en su tratamiento. El estudio de casos posee otras particularidades que recomiendan un estudio independiente.

1. Aprendizaje basado en problemas, PBL

Esta metodología de carácter inductivo, denominada en inglés como Problem-based Learning (PBL), consiste básicamente en que cada docente actúa tutorizando a un grupo (normalmente muy reducido) de estudiantes, que se enfrentan a un problema encuadrado en la disciplina sobre la que están trabajando. Lo que confiere un carácter fuertemente innovador es que el alumnado tiene que:

  • Identificar y seleccionar los materiales didácticos requeridos.
  • Establecer la secuencia de aprendizaje.
  • Participar en los correspondientes procesos de evaluación.

Debemos, además, resaltar tres hechos:

  • Máxima involucración docente, dado que desaparece su papel directivo y termina por integrarse como un sujeto más en el seno del grupo de trabajo. Como señalan Bejarano y Lirio (2010), su rol se dirige a la facilitación, guía y tutoría (en la actualidad se emplea habitualmente el término coach), que es clave para el éxito del proceso de aprendizaje.
  • La metodología se focaliza en el alumnado, quien desarrolla un aprendizaje activo de manera individual dentro del grupo (tal y como vimos al analizar las líneas de trabajo colaborativo). Se trata, por tanto, de un marco formativo autodirigido, en el que se aprende “de” y “con” el resto del grupo, tal y como observan Ortiz, Calderón y Travieso (2016).
  • Los problemas constituyen el estímulo para el aprendizaje. A través de estos, el alumnado desarrolla sus habilidades para la resolución de cuestiones que se presentarán más adelante, en su realidad vital o profesional.

Similitudes y diferencias entre PBL y POL

La descripción de estas dos metodologías permite comprobar que comparten un mismo fundamento. Hemos sintetizado una revisión efectuada por Kolmos (2004) y otras aportaciones para relacionar los principales aspectos comunes:

  • La formulación de una problemática se convierte en el punto de partida del proceso de aprendizaje. Estos problemas son abiertos, con más de una respuesta o solución, y simulan situaciones profesionales o vitales. Ello significa, además, que los contenidos se trabajan dentro de un contexto real, lo que, como hemos visto, fomenta la motivación de los estudiantes.
  • Otro elemento motivante es que los alumnos y alumnas parten de su propia experiencia.
  • Requieren un papel del docente como facilitador del aprendizaje.
  • Los procesos de aprendizaje son autodirigidos (en inglés se emplea la expresión self-direct learning). Por tanto, los objetivos de ambas metodologías se centran en el individuo.
  • La cuestión problemática se presenta al principio del proceso, sin la introducción previa de elementos de ayuda.
  • Se presta especial atención a hacer explícitas las relaciones entre teoría y práctica.
  • El aprendizaje grupal tiene una fuerte presencia en ambas metodologías.
  • Los estudiantes necesitan identificar distintas fuentes de información y contrastarlas.
  • Los dos procedimientos permiten trabajar aspectos reflexivos y, sobre todo, conllevan una modificación de la evaluación.
  • Ambas metodologías integran tres teorías fundamentales en la pedagogía moderna, tal y como se muestra en la siguiente figura:

Este contenido ha sido publicado originalmente por afoe.org y unir.net

1. APRENDIZAJE BASADO EN PROYECTOS
2. APRENDIZAJE BASADO EN PROBLEMAS
3. APRENDIZAJE BASADO EN RETO
4. APRENDIZAJE SERVICIO


 

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